5 de abril de 2008

La historia asombrosa de como un emir rearbitró un partido de fútbol


Uno de los sucesos mas rocambolescos del la historia de los mundiales de fútbol sucedió en el Mundial de España 82.


Los jugadores que integraban la selección kuwaití habían estado concentrarlos 2 años, el tiempo que duraron las eliminatorias clasificatorias.

El emir Fahid los había prometido 150.000 $ por cabeza, si lograban la clasificación.

Gracias a que lo lograron, el capitán de esa selección Al-Houti tiene un palacio, tres autos y seis mujeres y la figura Faisal Al-Dakhll es dueño de las líneas aéreas de Kuwait.

Kuwait llegó a España a jugar el mundial que el emir había soñado. Pero su rendimiento no fue el esperado. El 21 de junio de 1982 en el Estadio José Zorrilla de Valladolid el emir Jaber Al-Ahmad Al-Sabah quién harto de perder fue protagonista de un echo insólito: en el minuto 35 , Kuwait ya perdía 3-1 con Francia por culpa de Tigana, Platini y Six, cuando la defensa kuwaití se detuvo debido al sonido de un silbato que parecía venir de la tribuna, creyendo que era del árbitro del encuentro.

Desde el palco principal del estadio, un individuo ataviado con vestimentas árabes el emir Fahid Al Ahmad Al Sabah, hermano del príncipe de Kuwait hacia aspavientos indicando al equipo kuwaití que abandonen el terreno de juego. Tras varios minutos de incertidumbre, el hombre del turbante aparece sobre el césped entre el tumulto de jugadores y acompañado por varios escoltas. El público en las gradas y los jugadores franceses, tranquilos por una victoria segura, observan con estupor la insólita escena. Tras una conversación con el arbitro soviético Miroslav Stupar rodeada de jugadores y policías, Fahid Al Ahmad Al Sabah vuelve a amenazar con retirar a sus jugadores del terreno de juego si no se anula el gol.

Pasan varios minutos de descontrol cuando el arbitro toma la sorprendente decisión de anular el gol. El arbitro no había pitado, el gol era legal, pero inexplicablemente las presiones del jeque surten efecto y el tanto no subió al marcador .



El emir tuvo un final trágico durante la invasión de Kuwait por Irak.

Por la guerra el COI (Comité Olímpico Internacional) decidió excluir a Irak de los Juegos Asiáticos de ese año, en represalia las tropas de Saddam Hussein invadieron el palacio del COK (Comité Olímpico Kuwaití) y un pelotón se encargó de fusilar a todos los atletas que permanecían en el edificio. El jeque Fahid, que también presidía el COK, fue uno de los primeros en caer bajo el fuego de las balas irakíes.

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